ºººSobrevivir a un amor de veranoººº

http://1.bp.blogspot.com/_YBWg8lzD1GU/SVMSoWdS2yI/AAAAAAAAACA/1P-4g7urNis/s400/1229996421474_f.jpg¿Cómo librarse de un amante veraniego fatal? ¿Cómo evitar las aburridas despedidas? ¿Cómo sobrevivir a un “amorcito” furtivo? Aquí les damos unos prácticos consejos.

Primero, frialdad y sinceridad con el “levante” de verano: “Soy casada, tengo dos hijos, un french pudle que se llama Copito y un marido panzón medio ‘frígido’”.

“Busco un hombre diestro en la cama (con experiencia en el “Salto de la Mangosta” y en el `Estoque de Torero`) y que desaparezca cuando se acaben las vacaciones. Si alguien soporta su discurso, tendrá satisfacción garantizada. (¡No olvide llevar varias cajas de condones!)” Recuerde la regla número uno de las relaciones veraniegas: no enamorarse. Si no la cumple, le puede pasar lo mismo que al rey niño Luis XVII.

Jamás revele su número de teléfono ni su dirección, así no corre el riesgo de que su romance tropical, ese tipo bronceado que se veía tan bien de pantaloneta y camiseta de mexicano setentero en la playa, se le aparezca días después en su casa con la misma pinta en medio de una reunión familiar.

A la mañana siguiente no le lleve el desayuno a la cama ni se le ocurra recogerle los calzoncillos. Haga sonar el despertador o prenda la tele a todo volumen para que se levante, y si no tiene ganas de repetir la faena, entonces dígale que por favor se vaya que usted necesita su propio espacio.

Al tercer “mi amor” póngase seria y explíquele que qué flojera y que si lo dice una vez más le corta los servicios.

Y si el tipo sigue así, meloso y tiernito, recuérdele que un amor de verano es, en realidad, un simple polvo de verano y “polvo eres y en polvo te convertirás” y al polvo se lo lleva el viento al final de las vacaciones sin dejar rastros.

Si al segundo día ya está aburrida con su chico y quiere probar con otro, dígale entre sollozos que su marido (aunque no tenga) pidió unos días libres y acaba de llegar. Así, cuando la vea con el otro bailando entrepiernada en la discoteca, se imaginará que se trata de su esposo, y en vez de enojarse le provocará risas, le picará el ojo y pensará: “¡Baila, baila, cornudo!”.

Sea práctica, busque a un extranjero, mejor un europeo que haya crecido excitado con la letra de la canción de Rafaella Carrá: “Para hacer bien el amor hay que venir al Sur”; esos no dan tanta lata y cuando se van, se van bien lejos.
Y si el tipo quedó enamorado, el próximo año la invitará, de seguro, de vacaciones por Europa.
Por su salud mental, huya de los muy jovencitos en busca de tutoras sexuales, de esta manera no se sentirá algo incestuosa y medio Yocasta cuando el sujeto gima en su cama.

Para evitar las despedidas lo mejor es que le diga que se va “pasado mañana”, aunque en realidad su avión salga en tres horas.
Si quiere quedar como una reina, desde el aeropuerto mándele al celular un mensajito de esos para toda ocasión (igual sirve para despedirse de un buen amante que de uno patético): “¡Jamás te olvidaré!”.

Ahora, si se enamoró de verdad y además le promete al tipo que van a chatear todos los días y que se verán el año siguiente, y luego termina llorando, viendo por quinta vez “El Diario de Bridget Jones”, por lo menos tenga la decencia de admitir que se lo advertimos. Y no, no hay ungüentos para el ardor del corazón.

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