Después del gran éxito que la catapultó a la fama en el 2002,
My Big Fat Greek Wedding,
Nia Vardalos vuelve con otra comedia griega, que esta vez ocurre en la misma Grecia -y en España, aunque no se note- y también involucra romance.
Entre ruinas y maravillas
Nia Vardalos es Georgia, una mujer de origen griego que ha perdido la brújula en su vida, ansía un empleo en una universidad en Canadá pero se conforma por mientras con un trabajo mal pagado como guía turística en Grecia, deseando salir de ese país hacia un lugar más "civilizado" que la cuna de la civilización occidental. Entre ruinas -griegas y personales- y maravillas, vive por inercia, hasta que un día le toca un grupo de turistas y un conductor que le cambiarán la vida.
Lo que no sabe es que el otro guía de la agencia es un sinvergüenza que está en combinación con la dueña para hacerle la vida imposible, entre otras cosas asignándole un autobús sin aire acondicionado y un hotel de mala muerte para sus pasajeros. Ni su conductor habitual está disponible, así que le presentan al silencioso, serio, pelucón y barbudo Poupi (Alexis Georgoulis), quien poco a poco irá perdiendo la barba, el silencio y la seriedad.
El grupo de turistas cumple con los estereotipos que Georgia narra (al mismo estilo que Toula en
My Big Fat Greek Wedding): los australianos, los canadienses, los ancianos, los británicos, los estadounidenses -entre ellos el que se cree el alma de la fiesta y payaso de turno: Irv (Richard Dreyfuss)- y las recién divorciadas y deseosas de encontrar a un hombre, que además son españolas: Lena (María Adánez) y Lala (María Botto). Claro que no son las únicas españolas de la película, que fue filmada en exteriores en Grecia e interiores en Alicante, España.
En fin, todo lo que puede salir mal, sale mal, hasta que Georgia se rinde y, con ayuda de sus nuevos amigos, encuentra nuevamente la pasión por la vida que había perdido, la apreciación por el maravilloso país en que vive y el amor con quien menos se lo imaginó. El resultado es una comedia romántica, digna heredera de su predecesora y un viaje espectacular a través de las ruinas de Atenas y las playas de la costa griega, muy recomendable. Dirigida por Donald Petrie,
My Life in Ruins está clasificada PG-13.
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