ºººExplorando las emociones masculinasººº

Autor: SAM HACKING

Los hombres, por lo general, no son libros abiertos, y resulta tentador creer que "excitación" y "hambre" son las únicas emociones que experimentan. Pero no es así. También se sienten dolidos, inseguros, nerviosos y avergonzados.

Tuve mi primera fantasía sexual a los 13 años: bailaba bien despacito con Jessica, una chica que me encantaba. La sostenía en mis brazos mientras ella lloraba, porque su padre tenía cáncer, con la cabeza apoyada en mi hombro, humedeciéndome la piel con sus lágrimas. Jessica me necesitaba. Sólo yo podía consolarla, secar sus lágrimas y estrecharla bien fuerte. Nos sentíamos cómodos; yo... divino. Pero por extraño que parezca, hasta ahí llegó mi fantasía. Nunca me imaginé besándola, desnudándola ni otras cosas sexuales que hoy vienen a mi mente adulta con tanta facilidad. Es que abrazar a Jessica era toda la intimidad que necesitaba; era suficiente para intensificar mis emociones.

Hasta el día de hoy, lo que sentí durante aquella fantasía es lo que me resulta vital para sentirme feliz. Y a muchos hombres les pasa lo mismo, por no decir a todos. Cuando mejor nos sentimos es cuando nos necesitan, y confiamos en que enfrentaremos la adversidad y acabaremos adueñándonos de la situación. De algún modo, eso nos hace sentir satisfechos de haber cumplido nuestro papel en la vida. Aquí, otras cosas que también sentimos y probablemente desconoces.

QUE SIENTE EL...

...Al tener sexo contigo por primera vez

Este suele ser el acto que más ansiedad provoca en el planeta. Ya cuando sentimos tu cuerpo pegado al nuestro, estamos tan tremendamente excitados, que podríamos llegar al orgasmo aun sin que nos estimules. Es así de fácil. Somos así de excitables. La eyaculación prematura sucede por esa simple razón, así que antes de que podamos demostrarte nuestra mejor "jugada" ya estamos "pegajosos".

Para evitar vernos en esa situación, nos entrenamos a la antigua, autocalmándonos, inventando imágenes mentales para distraernos. Por ejemplo, cuando "el tapón está a punto de reventar", nos imaginamos que vemos cachorritos de perros muertos. La imagen es tan macabra, que detiene cualquier orgasmo. Yo, personalmente, prefiero pensar en cosas más mundanas, como caerme de una bicicleta. El sexo por primera vez requiere detenerse y calmarse, detenerse y calmarse...

Esa primera ocasión nuestra siempre es algo torpe, porque luchamos por lograr el ángulo correcto. Porque, seamos sinceros, en la primera vez no encajamos como un guante en la mano. Es algo así como competir en un deporte contra alguien que es mucho más diestro que tú. Constantemente metes la pata, chocan las narices y los dientes, besas orejas en vez de labios y, desde luego, hay momentos bien torpes cuando no sabemos ni dónde poner las rodillas. ¿Dónde las coloco cuando tengo una erección enorme y no puedo estar entre tus piernas? Y después, en el momento de la penetración, a veces batallamos para encontrar el punto de entrada. Para resumir, les diré que esa primera vez yo soy un desastre, un torpe que casi podría eyacular encima de tu perfecta figura. ¿No sientes mi ansiedad?

TIP: Danos una guía. Dirígenos.

...Al sentirse solo

Todo hombre lleva dentro de sí una inquietante carga de la soledad. En cuanto a la mujer, casi siempre es gregaria, sabe comunicarse eficazmente, busca compañía y establece grandes amistades. Pero el hombre es diferente. Estamos atrapados entre el tosco individualista y el despreocupado jugador de equipo, dos rasgos que nos caracterizan. El semental solitario versus el tipo que forma parte del grupo. Nos gusta trazar nuestra ruta individual, pero también ansiamos tener amigos del alma. Sin buenos amigos nos sentimos vulnerables y aislados; sin embargo, somos malísimos para conservar las amistades. Nuestra vulnerabilidad se hace patente cuando estamos sentados solos, después que la cerveza se calienta y el ruido del bar se acalla, y nos preguntamos qué hacer para llenar ese vacío. Entonces llegas tú. Al fin, alguien que nos escucha y que no nos va a juzgar. Tu compañía se convierte en un gran alivio.

TIP: No hacemos amistad ni creamos nexos con facilidad. Así que si tenemos lazos con alguien, debes respetar esa relación.

...En la primera cita

Para empezar, hay dos cosas que nos preguntamos. Primero, ¿qué me pongo? Segundo, ¿estarán limpios mis boxers nuevos? Sabemos que la apariencia es crucial, y para la cita estaremos bien limpios y elegantes. También el cuarto debe estar limpio. Practicamos frases, sonrisas e historias, como si fuéramos a una entrevista laboral. Nos excita ir a la caza. Nos encanta cazar... pero también nos preocupa exponernos a que nos creas un fraude, que queden al desnudo nuestras debilidades y que nuestra conversación parezca inmadura e insulsa. ¿Lo peor? Terminar improvisando un monólogo para llenar el vacío, creyendo que en algún momento haremos clic.

En realidad, la cita es el modo de llegar a un fin, un mal necesario que requiere un grandísimo esfuerzo.

TIP: No uses un top demasiado escotado, o pasaremos la noche tratando de mirar a otra parte.

...Al asustarlo con un posible embarazo

Son pocos los hombres que están listos para casarse y tener hijos. De niños no hablamos de la boda, de cómo será nuestra novia ni de cuántos hijos vamos a tener. Los varones prefieren jugar a la pelota, espiar a la gente o comer. Preferimos más bien la gratificación a corto plazo que planear una familia. Y que nos asusten con la noticia de un posible embarazo es poner nuestro mundo patas arriba. Sencillamente, para eso no tenemos ninguna referencia.

Hay algo tan definitivo en el embarazo e implica comprometerse de tal modo, que lo que queremos es mandarnos a correr. Tenemos que decidir en ese momento si deseamos o no ser parte de la ecuación. Lo único que vemos son pañales y bancarrota. Y lo peor es que no tenemos el control: no llevamos dentro el bebé y elegir no está en nuestras manos.

TIP: Si nos informas que tienes un retraso de dos semanas en el periodo, no vamos a reaccionar favorablemente. Si estabas a cargo de los anticonceptivos, debemos ser parte de la decisión.

...Al perder la erección

La primera vez que me ocurrió fue porque me dormí durante el acto. Sentí una gran decepción. ¿Sería señal de que la chica no me atraía? Eso fue lo que pensó ella. Pero lo cierto era que no estaba cansado de ella; simplemente estaba cansado. Y nada evita que un hombre con sueño se duerma. Nada, ni el sexo. La otra ocasión en que me sucedió lo mismo fue aun más embarazosa porque ambos estábamos despiertos, borrachos y excitados. Y yo con "aquello" caído. Ella se rió, frustrada, coqueta... y trató repetidas veces de excitarme. Pero mientras más lo intentaba, peor me ponía. ¿Qué podía hacer? Me burlé, inseguro, de mi tendencia a beber en exceso. Fue horrible y me preocupaba qué pasaría la próxima vez. Tres horas después, todo regresó a la normalidad.

TIP: Nunca te rías cuando no podamos lograr una erección.

...Al enamorarse

Hay una diferencia entre disfrutar de ti y de tu anatomía, y el que nos enamoremos. Los hombres batallamos para saber diferenciar entre esas dos cosas. Así que cuando de verdad nos enamoramos, nos da en serio. Y si nos dejas, nos harás muy infelices.

Enamorarnos es sorprendente para nosotros porque pasamos más tiempo buscando sexo que amor. Así que cuando en realidad nos sucede, tenemos que entender ese cosquilleo excitante que nos llega hasta los huesos. Sonreímos a menudo, sobre todo cuando te vemos y hasta cuando pensamos en ti. Al principio es emocionante llevarnos tan bien. Después queremos más y más. Te queremos sólo para nosotros.

TIP: Si él está muy apurado por llevarte a la cama, cuidado, probablemente no sea amor.

...Al tropezarse con una ex novia

Desde luego, todo depende de la intensidad de la ruptura. Algunas nos afectan poco, pero todos tenemos una que nos rompió el corazón y nos hizo sentir que jamás nos recuperaríamos. Y será difícil, pero queremos olvidarla.

TIP: Si lo heriste, no trates de arreglar las cosas cuando lo veas. Sencillamente, aléjate.

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