Al morir el Papa, reaparece una secta radical originada en la Edad Media y dispuesta a destruir a la Iglesia Católica, robando a tal efecto un cilindro que contiene un experimento literalmente explosivo. La institución recurre a un académico previamente despreciado por ella para ayudarla a salvarse de una hecatombe. Protagonizada por Tom Hanks, dirigida por Ron Howard y basada en el libro de Dan Brown, los mismos de El Código da Vinci, escrito anteriormente. Angels & Demons se estrena el 15 de mayo.
Los iluminados contraatacan
La historia -ficticia, por supuesto- empieza con dos hechos paralelos: por una parte, la muerte del Papa y los consiguientes período de luto y cónclave para elegir un nuevo pontífice de la Iglesia Católica. Y por otro, la creación en un laboratorio en Ginebra de la antimateria, en un intento de descubrir el origen de la creación del universo, un experimento que cuenta con la participación de un sacerdote católico y de Vittoria Vetra (Ayelet Zurer), una científica italiana.
De pronto, los cuatro principales cardenales, entre quienes se baraja el nombre del futuro jefe de la Iglesia, son secuestrados. La acción es reclamada por una hermandad secreta conocida como los
Illuminati, que amenaza con matarlos cada hora ese mismo día. Es allí que la Iglesia recurre a Robert Langdon (Tom Hanks), el mismo experto en simbología que más tarde sería el personaje central del
Código Da Vinci y que no es precisamente querido por la institución, debido a sus críticas desde el punto de vista de la ciencia.
En una escena que parece revelar la frustración del equipo de producción de la película, Langdon le reclama al enviado del Vaticano que después de negarle acceso a sus archivos para su libro, ahora le pide ayuda. Pero así y todo acepta la misión y viaja inmediatamente a Roma. Allí lidiará con la Guardia Suiza, encargada de la seguridad del Papa y bajo el mando del estricto Richter (Stellan Skarsgård), la policía vaticana y otras fuerzas ocultas. Su principal aliada será Vittoria Vetra.
Pero eso no puede ser suficiente: necesitan alguien de adentro y lo encuentran: el Camerlengo Patrick McKenna (Ewan McGregor), sacerdote favorito del fallecido pontífice, quien demuestra una mentalidad más progresista que los demás al hacer conciencia de la amenaza que se cierne, no sólo para el Vaticano, sino para todos los fieles y turistas en la Plaza de San Pedro, pendientes de la elección del nuevo Papa. McKenna tiene que lidiar a su vez con el sector más conservador de la Iglesia, representado por el cardenal Strauss (Armin Mueller-Stahl).
Si se hubiera estrenado
Angels & Demons antes que el
Código Da Vinci, tal vez no habría habido tanta controversia. Se trata de una obra de ficción que pone el dedo en la llaga de algunas realidades de la Iglesia Católica sin ofenderla necesariamente, como por ejemplo reconocer que en la Edad Media se cometieron atrocidades en su nombre: sin mencionar a la Inquisición, se hacen múltiples referencias a la persona de Galileo, perseguido por sus descubrimientos científicos. Pero también se abre una ventana al entendimiento entre ciencia y religión.
Y todo en forma de thriller, lleno de acción y algunas escenas muy fuertes, que no se limita a un argumento lineal, pues hay varios giros inesperados que cambian completamente el sentido de la historia. Y no te cuento más, sólo puedo recomendártela. Vale la pena. Clasificada PG-13.
Fotos
Video
No hay comentarios:
Publicar un comentario