ºººLo que ellos saben sobre sexo que tú no conocesººº

Casi cualquier cosa los pone contentos y les importa poco si sus muslos están gordos o no. Ya es hora de que en vez de envidiarlos, nos apropiemos de sus conocimientos.

Claro que no queremos ser hombres. Eso significaría hablar en monosílabos, tener pies que apestan y lucir espantosas con senos grandes. Pero que nos horrorice la idea de convertirnos en uno de ellos, no significa que no tengan nada que enseñarnos. Para empezar, "los hombres tienden a seguir más sus instintos, sobre todo cuando se trata de sexo", comenta Ian Kerner, autor de Passionista: The Empowered Woman's Guide to Pleasuring a Man. "Ellos hacen aquellas cosas que les permiten sentirse bien sin pensarlo mucho". Adoptar ese tipo de mentalidad en la cama nos brinda una larga lista de beneficios, incluyendo mayor libido y más orgasmos. En nombre de la superioridad sexual, perdón, quisimos decir igualdad, les pedimos a los expertos que nos dijeran lo que los hombres saben que las mujeres debemos aprender.

LECCION 1

Siempre quieren hacerlo

El chico promedio podría pasarse el día entero comiendo alas de pollo y, cuando llega a casa, todavía querer sexo. En cambio, si una mujer come demasiado -o está hinchada, tiene un granito o se siente mal por lo que sea-, normalmente manda su libido de vacaciones. ¿La razón? "Las mujeres tienen la noción de que no deben tener sexo a no ser que se sientan y se vean perfectas, pero eso es una tontería", explica Cynthia Gentry, autora de What Men Really Want in Bed (Lo que ellos de veras quieren en la cama). Tu chico percibe lo que sientes y posiblemente no trate de seducirte, lo que hace que te sientas aún menos atractiva. ¿Resultado? Menos sexo para los dos.

La verdad es que una vez que te quitas la ropa, tu chico sólo tiene una idea en su mente: ¡Senos! En otras palabras, no se va a fijar en una espinilla o en si no te lavaste el pelo. Así es que en vez de cerrarte al placer, piensa como un hombre y lánzate a disfrutar. Un buen truco para dejar de pensar en ti: "Ponerlo duro, literalmente hablando. Toca su pene y déjale saber que quieres sexo", sugiere Patricia Taylor, autora de Expanded Orgasm: Soar to Ecstasy at Your Lover's Every Touch. "Cuando veas lo mucho que se excita, te darás cuenta de que no vale la pena preocuparte por todas esas otras cosas".

LECCION 2

Los detalles excitan

No se necesita mucho para poner a hervir a un chico. Si detecta un milímetro de piel entre tu top y tus jeans, se preguntará cómo lucirás desnuda... y ya está. Es como frotar la lámpara de Aladino. "Las estadísticas muestran que la mayoría de los hombres piensan en el sexo a lo largo del día, así que siempre están abiertos a asociar diferentes cosas con el sexo", dice Kerner. Es por eso que cuando tu chico llega a casa, la tensión sexual acumulada por tanto tiempo lo tendrá listo para entrar en acción. Las mujeres funcionan diferente. "La mujer piensa en el sexo cuando es hora de tener relaciones, pero casi nunca deja que otras cosas aparentemente desvinculadas con la sexualidad disparen ese tipo de placer", señala Gentry.

Sigue el ejemplo de tu chico y ábrete a la posibilidad de encontrar excitación en cualquier momento. Cuando estés hojeando una revista, haz una pausa en la foto de un modelo y analiza cada parte de su anatomía. ¿Y quién dice que no podemos mirar a chicos de carne y hueso? ¡Ver no es lo mismo que engañar! La próxima vez que vayas a un bar con tus amigas presta atención al perfume del chico que te pasó por delante o colócate estratégicamente en el gimnasio para tener una buena vista de los bebotes más musculosos. "Abrirte a ese tipo de estímulos durante el día, hará que sea más fácil que te excites y hasta que el sexo mejore", asegura Kerner.

LECCION 3

Ama tu cuerpo

Desde que son niños, los hombres le rinden culto a su "paquete": juegan con él, lo protegen como si fuera oro y, a veces, hasta hablan de él como si fuera una persona. "El romance que un hombre establece con sus genitales lo ayuda a tener mejor sexo porque conoce cada centímetro, y sabe qué caricia y qué movimiento le dará el máximo placer", anota Yvonne K. Fulbright, autora de Pleasuring: The Secrets to Sexual Satisfaction (Placer: los secretos de la satisfacción sexual). Las mujeres, por el contrario, normalmente no establecen un tipo de amor similar; la mayoría de ellas se enfocan en su clítoris e ignoran las otras partes de sus genitales. "Hay muchas otras zonas erógenas, y tendrás una mejor experiencia si te familiarizas con ellas", sugiere Kerner. Si un chico pensara que hay otro lugar que le brindará placer inmediato, ¿lo ignoraría? ¡Por supuesto que no! Recuéstate, deja que tus muslos se relajen y dedica un tiempo a explorar cada rincón de tu cuerpo. Frota el área alrededor de tu clítoris, acaricia con suavidad ambos lados de tu vulva, hala ligeramente tus labios genitales. Y no olvides de buscar tu punto G, localizado unos 5 centímetros en el interior de tu pared vaginal y que se vuelve más prominente cuando estás realmente excitada. ¿Cómo encontrarlo? Muy fácil, cuando ya estés en un estado de excitación, introduce tu dedo índice hasta que detectes un punto inflamado y esponjoso; con la yema del dedo, frota o da suaves golpecitos en el área para descubrir qué es lo que te gusta. Después enséñale a tu chico lo que aprendiste y confía en nosotras: él no se va a quejar.

LECCION 4

La práctica hace al maestro

Un hombre tiene sexo lo más seguido que puede (ya sea con su mano o con su chica), y existe una explicación biológica para esto. "Ellos tienen más testosterona, uno de los factores que hace que quieran tener sexo más seguido", explica Fulbright. Chicas, buenas noticias para nosotras: tener orgasmos con frecuencia puede aumentar el deseo sexual de una mujer, para que sea más parecido al de un hombre. "Llegar al clímax ayuda a que la mujer produzca testosterona, lo que hará que quiera tener sexo más seguido", agrega Taylor. Eso significa que aunque no estés con tu chico, deberías proponerte alcanzar el clímax en solitario. "La masturbación es una muy buena forma de experimentar y aprender qué es lo que funciona para ti", explica Kerner.

Así que no temas intentarlo tú solita. Una buena posición es acostarte boca abajo con las piernas cerradas, buscar tu clítoris con la mano y presionarlo con tus dedos, moviéndolos en círculos o de arriba abajo. La fricción que te permite esta posición consigue maravillas. Prueba tu potencial en la bañera acostándote boca arriba con las piernas abiertas y dejando que el agua caiga directamente sobre tu clítoris. La presión constante del agua tibia puede ser aun mejor que tus deditos mágicos. Otra sugerencia: coloca una toalla sobre el brazo de un sillón y pon una pierna a cada lado. Muévete de adelante hacia atrás usando el peso de tu cuerpo para ajustar la cantidad de presión que ejerces sobre tu clítoris.

LECCION 5

Mientras más erecto, mejor

Piensa en tu clítoris como un hombre piensa en su pene, ya que son más similares de lo que supones: ambos cuentan con el mismo número de terminaciones nerviosas, requieren estimulación para llegar al orgasmo y aumentan de tamaño al ser estimulados. La diferencia es que el clítoris no necesita estar estimulado para que puedas tener sexo. "Muchas mujeres tienen sexo antes de estar completamente excitadas", observa Taylor.

Asegúrate de consentir tu clítoris antes del sexo. "La mayoría de los penes duplican su tamaño durante la excitación; el clítoris de una mujer se inflama también", dice Taylor. Durante el juego previo tendrás que probar diferentes opciones para ver cuáles te excitan. Empieza por aplicar presión directa, colocando dos dedos sobre él y frotándolo. Según se inflama, se volverá más sensible, y quizás debas acariciarlo con mayor suavidad. Cuando sientas que está creciendo, haz una V con tus dedos índice y medio y, con el clítoris en el medio, mueve tus dedos de arriba abajo. Al sentir que el más mínimo roce te puede llevar al clímax, pasa al coito.

LECCION 6

Todo está en la atención

Fuera de la cama, las mujeres tenemos una gran ventaja sobre los hombres: podemos hacer varias cosas a la vez. En la cama, sin embargo, esto puede convertirse en una desventaja. "Las mujeres tienden a pensar en muchas cosas mientras tienen sexo", dice Fulbright. No es extraño que estés pensando en qué vas a hacerle después, en si se te nota la celulitis o en que quizás debas abrir la ventana porque hay mucho calor. Tener todo eso en la mente desvía tu atención de lo que es importante: disfrutar el sexo y llegar al orgasmo. Los hombres, por el contrario, sólo prestan atención a lo que están haciendo, a lo que sienten, al calor de tus senos contra su pecho... en fin, están concentrados. Trata de enfocarte en lo que estás sintiendo en vez de distraerte con otras cosas. "Presta atención a lo que ves y sientes en ese instante, y te será más fácil mantenerte en ese momento", señala Fulbright. Cuando él te acaricie, concéntrate en cómo reacciona tu cuerpo. ¿Se te está poniendo la piel de gallina? ¿Te excitan sus manos?

Si te preocupa cómo luces mientras estás teniendo sexo, aplica el mismo consejo: fija tus ojos en él. "Los hombres también tienen complejos, pero durante el sexo se enfocan en el cuerpo de la chica en vez de preocuparse por el suyo", explica Kerner. Elige las partes de su cuerpo que más te gustan y concéntrate en ellas. ¿Otra cosa hot que puedes mirar? Observa cómo te penetra. "A muchas mujeres no se les ocurre observar cómo su miembro entra y sale de su cuerpo", anota Taylor. "Pero esta puede ser una experiencia altamente erótica y una forma muy efectiva de mantener tu atención enfocada en el acto".

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