RECUERDEN QUE USTEDES FORMAN UN EQUIPO. Cualquier cosa que uno de los dos diga o haga, afectará al otro; así que discutan el problema y busquen una solución en común.
PRIORICEN LA DIVERSION. Si a uno de los dos lo despidieron, es fácil renunciar a cualquier tipo de diversión con tal de reducir los gastos. Pero eso es un error. Es ahora cuando la risa será más terapéutica que nunca, así que inventen actividades que los diviertan sin apenas gastar. Algunas ideas: peleas de almohadas, un collage de fotos cómicas de los dos, juegos de mesa...
NO MIREN ATRAS. Es posible que uno de los dos haya sido muy despilfarrador y ahora estén pagando las consecuencias de no haber ahorrado suficiente. Pero no es momento de acusar o criticar; eso sólo creará resentimiento. El pasado no puede cambiarse; concéntrense en el presente y planeen para el futuro.
TRACENSE UN OBJETIVO. Para lograr que dos personas se mantengan en la misma dirección, se necesita tener un objetivo común hacia el que trabajar. Trácense pequeñas metas (estirar el sueldo, pagar una tarjeta...) y monitoreen el progreso juntos.
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