Fabiola
Este fin de semana que pasó me di una escapadita con mi hermano y mi cuñada a Monterrey. Al llegar al hotel donde nos hospedamos uno de los "botones" me miró con mucho interés y claro que yo le devolví la mirada (ya que no estaba nada mal y en su uniforme guinda oscuro se veía de lo más guapo). Mi maleta no era para nada pesada, pero aún así él se ofreció a llevarla y yo por supuesto me dejé consentir. Al llegar al cuarto me dio mi maleta y con un leve roce de su mano me dijo todo con la mirada y yo correspondí el coqueteo. Esa noche mi hermano y mi cuñada se fueron a bailar y yo me quise quedar para darme un baño en la tina. Tenía 5 minutos dentro del agua cuando oí que tocaron la puerta, me medio envolví en una toalla y salí a abrir la puerta, ¡y cual fue mi sorpresa que la persona que tocó era el botones que había subido en su descanso para ver si no se me ofrecía algo! Me puse ruborizada en cuanto lo ví, entró a la habitación, se quitó su uniforme y entramos en la tina llena de agua. Tuvimos el más delicioso y húmedo sexo que jamás había tenido. Después de su tiempo de su descanso, bajamos juntos (pero no revueltos) al lobby. Al día siguiente fue su día libre, nos pusimos de acuerdo para salir (no sin antes el reservar un cuarto en ese mismo hotel para repetir lo sucedido) pero ahora con todo el tiempo del mundo.
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