ºººCloudy with a chance of meatballs Lluvia de comida y humor para la familiaººº


Es difícil saber qué esperar de películas con premisas imposibles. Un muchacho inventa una máquina que convierte el agua en pancakes, pies de fresa, churrascos jugosos, piernitas de pollo y todo lo que puedas esperar del menú más completo del mundo. ¿Se puede contar algo más absurdo que eso y no fracasar en el intento? La película se estrena el 18 de septiembre.

Tornados de espagueti

Cloudy With a Chance of Meatballs tiene una clara respuesta a esa pregunta: ¡Sí! No hagas caso a los pósters ni a los trailers poco prometedores. Esta cinta animada, dirigida por Phil Lord y Chris Miller, es sin duda una de las mejores películas para y niños (y, ciertamente, también para grandes) de este año.


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Nublado con posibilidad de albóndigas



Flint Lockwood (Bill Hader) es un inventor al que todo le sale mal. El pueblo donde vive anda en crisis y, a falta de presupuesto, sólo le alcanza para comer sardinas. ¡Eureka!, dice Flint, su nuevo invento será una máquina para hacer comida.

Su padre (un eficiente James Caan), en cambio, tiene ambiciones más modestas. No le ve mucho futuro a los afanes de su hijo, a quien quiere como ayudante en su tienda de productos de sardinas.

Pero todo cambiará cuando Flint echa a andar su máquina y logra que todos los días llueva un menú como para acabar con el hambre mundial. A la lluvia de hamburguesas seguirá la de pollo frito y la de helados de colores, tallarines, albóndigas, etcétera. La vida del joven científico cambia por completo y de ser un marginal se convierte en una celebridad. Incluso se enamora, y la afortunada, lógico, es la chica del tiempo local (Anna Faris).

Lo malo es que el milagro estará a punto de transformar el clima de abundancia del pueblo por el del caos y la catástrofe gastronómica...

Cloudy... es, sin duda, una cinta deliciosa (en sentido figurado: después de verla no querrás oler siquiera comida chatarra por unos cuantos días). Basada vagamente en el libro homónimo para niños, escrito por Judi Barrett, la película tiene varios personajes que te harán morir de la risa: el mono de Flint, el camarógrafo y, sobre todo, un hilarante Mister T, en el papel de un policía de pueblo con muy malas pulgas.

Visualmente, la historia tiene que haber sido un banquete para sus dibujantes y animadores: un tornado de espagueti, un tsunami de pancakes, una flota de sándwiches de queso, qué más puede pedir un amante del color y la textura.

Pero los efectos visuales son nada al servicio de una historia aburrida. No es el caso: con sus juegos en 3-D, Cloudy With a Chance of Meatballs divierte, mantiene en vilo al niño más inquieto y deja, de paso, una que otra lección sobre los peligros de pedirle demasiado a tu buena suerte.

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