ºººSexo hasta en la pielººº

Pocos saben que la piel, para muchos especialistas en sexología, es considerada un órgano sexual ya que por medio de ella se producen múltiples sensaciones que despiertan el placer de las personas.

Por eso es importante saber utilizarla para conseguir encuentros íntimos más satisfactorios; y una buena manera de hacerlo es por medio de delicadas caricias.

Así es, nada mejor que un masaje que además de consentir a la pareja, permitirá explorar su cuerpo y saber qué zonas son las más sensibles, qué caricias le agradan y cuáles no, para que a la hora de hacer el amor todo sea perfecto e inolvidable.

Entre otras cosas esta actividad es una forma única de sentirse unido al ser amado, de dar y recibir sensaciones y puede pasar de un juego sensual al preludio del sexo.

No se necesita ser experto o poseer grandes habilidades para dar un masaje, basta con las manos y echar a volar la imaginación.


El accesorio

Para iniciar es recomendamos que se elijan ciertos accesorios, los cuales ayudarán a hacer más placentero el masaje. Deben seleccionarse objetos suaves y agradables al tacto, como pañuelos de seda, plumas, pinceles de maquillaje y tejidos con pelo de animales, de preferencia naturales porque los sintéticos son ásperos.

También pueden incluirse cosas que produzcan nuevas sensaciones, por ejemplo: guantes de goma, piedras o cuarzos, una pelota de esponja, un rodillo (puede ser de pintor, obviamente sin usar), un collar de cuentas, un tenedor, un trozo de cuero y un cepillo de cerdas suaves. Lo mejor es guardar todos los objetos en una caja para que cuando llegue el momento se tenga todo reunido y no se pierda tiempo.


Viaje sensorial

¡Llegó el momento! De preferencia debe elegirse un lugar cómodo para comenzar con la ola de caricias, puede ser la cama, el sofá o sobre la alfombra. Lo primero que se tiene que hacer es pedirle a la pareja que se recueste boca arriba y vendarle los ojos para que se concentre más en las sensaciones que está a punto de recibir.

Se comienza acariciando con un pincel sus sienes, luego el cuello, siguiendo por su pecho y abdomen y terminando en el ombligo. A la par se sugiere intercalar besos y hasta darle pequeños mordiscos, preguntándole en todo momento qué le está agradando más.

Se continúa por otras partes del cuerpo como los dedos y plantas de los pies y las manos, con los diferentes accesorios sugeridos.

Después se le pide que se volteé boca abajo para seguir con el viaje sensorial. Parte de la diversión del masaje es pedirle a la pareja que adivine qué objeto se están empleando.

Estos son los tips básicos, lo demás es parte del ingenio propio que se irá desarrollando con la práctica.

Los fundamentos del masaje Las únicas pautas para dar un masaje son: mantener al máximo el contacto con la piel, pedir la opinión de la pareja y no hacer nada que resulte doloroso. Los movimientos deben procurar ser suaves y fluidos, incluso pueden utilizarse aceites o esencias para hacerlo más sensual.

Está prohibido ejercer demasiada presión, pues no puede olvidarse que son caricias placenteras.

En los muslos, hombros, la espalda y las nalgas, lo recomendable es realizar movimientos circulares con toda la palma de la mano.

Mientras que en las zonas más delicadas como la cara, el abdomen y los pies, es preferible utilizar solamente las yemas de los dedos para dar suaves caricias.