ºººChantal presentó a su niña La pequeña Natalia tiene ya cinco mesesººº


Felices, a seis meses de haberse casado, Chantal Andere y su esposo, Enrique Rivero Lake, nos presentan a su hija Natalia, quien ha cambiado por completo su vida y, por supuesto, la de Jacqueline Andere, la orgullosa abuelita, quien desde hace tiempo deseaba una nieta.

Enrique: un papá extraordinario

-Chantal, preséntanos a Natalia...
Nació el 7 de marzo; pesó 2 kilos 600 gramos, y midió 48 centímetros.


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Conoce al tesoro de Chantal



-¿Cómo ha cambiado tu vida desde que nació tu bebé?
Muchísimo, para bien, al cien por ciento. Es una experiencia inolvidable y tener a Natalia hoy en casa, con mi marido, es lo mejor que me ha pasado.

-¿Has dejado de hacer algo por dedicarte a ella?
Para nada. A una nunca se le debe olvidar que además de ser madre, es esposa; tengo a un marido que atender, compromisos por cumplir, además de amistades. Todo cambia para bien; haces lo mismo que antes, nada más que con más amor e ilusión.

-Incluso ya estás grabando Sortilegio, ¿cómo le haces?
Para todo se organiza una. Fui hija de una mujer muy trabajadora y cuando yo estaba pequeñita también regresó a chambear. Además, tengo la fortuna de contar con gente que me ayuda con Natalia. Obviamente, ni su padre ni yo estaríamos trabajando si no supiéramos que ella está extraordinariamente bien cuidada.

-La debes extrañar mucho...
Todo esto es una aventura nueva para mí y trato de no sufrir en exceso. Cuando me voy a trabajar la extraño mucho, quisiera pasar con Natalia más tiempo, pero es una responsabilidad que adquirí y debo atenderla como profesional que soy. Sin embargo, los momentos en los que estoy con ella trato de gozarlos muchísimo. Cuando se acabe la novela tendré tiempo para disfrutarla más grande.

-¿Qué haces cuando te pasas un día entero en casa?
Trato de estar con mi hija todo el día, sacarla al jardín para darle unas vueltecitas; le doy de comer, me encanta cambiarla seguido de ropa, porque es como una muñeca. También le platico mucho, me gusta que me escuche, me atienda; le hago masajes en sus piernitas y brazos. Como está acostada mucho tiempo, hay que movilizarle los músculos en lo que empieza a hacerlo por sí sola.

-Dices que te gusta cambiarla. ¿Y a Enrique?
Le encanta jugar con Natalia, estar con ella, pues le platica, la carga, le hace piruetas, la rueda en la cama. Además, me ayuda mucho, es un extraordinario papá.

-¿Por qué decidiste que fuera cesárea?
Siempre pensé que iba a ser así, no quisiera experimentar la situación al natural. Debo reconocer que me daba miedo y me fui a lo seguro. Hay gente que no está de acuerdo, pero es una decisión muy personal.

-¿Tardaste en recuperarte?
¡No, nada!, en una semana ya estaba perfecta.-Y también la figura, ¿cómo te cuidaste durante el embarazo?
Fui muy suertuda, porque no me dieron náuseas, tampoco sueño o mareos. El único antojo que tuve era de papaya, que fue genial, y trataba de no excederme en las grasas. Ya ves, todo mundo sabe lo que no debe comer y lo que sí.

-¿Sufriste depresión posparto?
Nada; a las tres semanas ya estaba empezando a trabajar. Fue increíble, los primeros días no me dio depresión; es una cuestión hormonal, porque realmente te genera una felicidad impresionante.

-¿Entonces no hiciste ejercicio?
Nada. Lo único que he hecho es eliminar las grasas, las fritangas, los refrescos. Mi alimentación se basa en carne y pollo asados, también pescado. Procuro comer ensaladas y trato de evitar los carbohidratos. Con decirte que antes del embarazo pesaba 60 kilos, subí 12 y ahora ya estoy pesando 59.

-¿Le das leche materna o fórmula?
Fórmula, ya que por cuestiones de tiempo se me complicaba mucho. A veces no se puede, pero gracias a Dios, mi niña está perfectamente bien de salud.

-¿Cada cuándo la llevas al pediatra?
Vamos cada mes y, gracias a Dios, me dicen que la bebé está muy sana.

-¿Se te ha enfermado?
Por fortuna no he tenido que hablarle seguido al pediatra. La verdad es que no ha habido necesidad, si fuera así, le hablaría siete veces al día.

-¿Enrique te acompaña a esas visitas al doctor?
Sí, siempre va conmigo.
Añade Enrique: "Lo hago muy contento, feliz de la vida. Vamos a seguir adelante y a ver qué nos depara el destino con Natalia. Durante el embarazo, no pensaba en que fuera niña o niño, pero sí en que viniera bien, era todo lo que me importaba".

-¿Cómo se porta la niña?
Prosigue Chantal: "La verdad, muy bien. Es una niña tranquila, las poquitas veces que llora o se desespera es cuando tiene mucha hambre, pero en general, es súper tranquila.

-Tu mami siempre había querido una nieta. ¿Cómo se siente ahora que ya es abuela?
Está feliz, se le cae la baba. Cuando por trabajo no puede ir a verla, se desespera horrible. Me habla cinco veces al día para saber cómo está, qué hizo o qué no. Contentísima, como cualquier abuela.

-¿Te da consejos?
Por supuesto, y siempre que una madre lo hace, sirve. También tomé unos cursos en el hospital de cómo bañarla y darle de comer, pero bueno, alimentar a un bebé yo lo sabía desde hace mucho, tengo muchos sobrinos y amigas con hijos. Pero no he sufrido. Hay una cosa que se llama instinto maternal y gracias a él, jamás te quedas sin hacer nada.

-¿A quién crees que se parece?
La gente ya me dirá su opinión, pero creo que un poco más al padre, hasta ahorita.

-¿Piensan tener más hijos?
No lo sé. Hoy por hoy mi prioridad es ella, tratar de ser una buena esposa, una buena ama de casa cuando estoy ahí, una extraordinaria mamá y hacer muy bien mi trabajo.

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