La recesión no ha puesto en riesgo el empleo de todos. Si eres la favorita del jefe, la mejor vendedora y la persona que más sabe en la oficina, todo envuelto en un bello paquete de buena actitud y presencia, es más difícil que te dejen fuera, aunque aun así pudiera pasarte. Y como algunos expertos dicen que las cosas se van a poner peor antes de que empiecen a mejorar, es esencial que adoptes estas cinco estrategias laborales, no importa si sientes que tu trabajo está seguro o si sabes que en cualquier momento te pueden despedir.
Mantén una actitud positiva
Ponte en los zapatos de tu jefe por un momento. Si tuvieras que despedir a alguien, ¿a quién elegirías: a la empleada eficiente que siempre tiene una sonrisa en los labios o a la que anda por ahí con cara de tragedia? La productividad y el salario son factores importantes cuando se trata de recortar personal, pero no subestimes el valor de una actitud positiva. "Buscar lo mejor de cada situación en vez de quejarte el día entero es lo que los jefes quieren ver", dice Gayle Lantz, consultora para la NASA y Microsoft y autora de Take the Bull by the Horns (Agarra al toro por los cuernos). Busca una retroalimentación constructiva en tus supervisores y ofrécete para cualquier proyecto interesante, aun si eso implica trabajo extra.
Vuélvete indispensable
Con la economía en declive, lo más probable es que todas las personas que te rodean también estén preocupadas por su trabajo... y eso incluye a los que se encuentran por encima de ti. Por eso, es más importante que nunca que tu jefe sepa que compartes sus metas y que estás dispuesta a lograrlas. "Una buena manera de asegurar tu empleo es invertir en el éxito de tu supervisor", dice Mike Cook, experto en desarrollo organizativo y autor de Thrive: Standing on Your Own Two Feet in a Borderless World (Prospera: firme en tus pies en un mundo sin fronteras). "Muchos miran a su jefe como un obstáculo. Pero si ves al tuyo como una inversión, él hará lo mismo contigo".
En otras palabras, necesitas convertirte en alguien indispensable. Averigua lo que tu jefe consideraría un logro y demuéstrale que tienes los requisitos para lograrlo: habilidad, información y ganas de trabajar. Eso puede significar que debas invertir tiempo en entrenarte, pero a la larga, los beneficios serán mucho mayores que la inversión.
Conviértete en tu propia cheerleader
Si tu productividad aumenta, si estás vendiendo más que nunca o si te has vuelto una superwoman, no te lo calles. Cuando hables con tu jefe, asegúrate de mencionarle algunos datos relevantes sobre los resultados positivos que estás obteniendo para la compañía.
"Si le aportas beneficios a la empresa, nadie te culpará por mencionarlos", dice Myra White, profesora de desempeño laboral en la Universidad de Harvard y autora de Follow the Yellow Brick Road (Sigue la línea amarilla). Aprovecha los encuentros cara a cara, ya sea que ocurran durante las reuniones o los recesos, para darle las buenas noticias de tus logros. Pero sé sutil al hacerlo: menciona lo bien que te fue con un cliente o cuéntale una historia graciosa sobre otro que quedó evidentemente satisfecho con tu servicio.
Es importante que no caigas en la autopromoción vacía. "Menospreciar el trabajo de otros es una de las actitudes más tóxicas en el mundo laboral, así que asegúrate de no tomar crédito por los logros de alguien más", agrega White. En pocas palabras: las puñaladas traperas y la adulonería serán reconocidas... y no positivamente.
Responsabilízate por tus errores
Todos metemos la pata, pero no todos manejamos lo que viene después con profesionalismo. De hecho, la forma en que enfrentas tus errores puede decirle más a tu jefe sobre ti que la manera en que asumes tus logros. Cualquiera puede ser agradable después de haber superado un récord de ventas, pero ¿qué pasaría si te fue fatal en una reunión o le dijiste a una clienta pasada de peso que para cuándo esperaba su bebé? "Las superestrellas aceptan los fracasos, evalúan sus opciones y después emprenden una acción constructiva", aclara White.
En lugar de desperdiciar tu energía mental en autoflagelarte, acepta lo que hiciste y empieza a trabajar en la solución. Si a tu disculpa le sigue un plan de acción, tu error será olvidado con mayor rapidez (y hasta puedes ganarte puntos por solucionar problemas).
Piensa a largo plazo
Un empleado es una inversión, y hallar uno nuevo cuesta dinero, así que a la hora de elegir, la gerencia se inclina por quienes ya están con un pie en la calle. Por eso, dejar claro que deseas ser parte del futuro de la empresa es un buen modo de asegurarte de que estarás allí cuando ese momento llegue. "Busca cinco personas y háblales de tus metas", dice Lantz. "Debe ser una mezcla de colegas y supervisores. Al compartir tus objetivos, atraerás la atención hacia ti". A veces tememos expresar nuestro deseo de superarnos, pero si lo haces con tacto, no hay nada que perder y sí mucho que ganar.
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