ºººCon estrés adelgazar es más difícilººº

http://www.yopsicologo.com/files/page0_blog_entry10-stress.jpgEse sobrepeso de la edad mediana al que damos sobrenombres graciosos como “la llantita”, “el callo de la andadera” o “las asas del amor” podría llamarse “una advertencia potencialmente fatal en las enfermedades del corazón” o “síntoma de una tensión crónica que ha afectado nuestro sistema hormonal” y, desde luego, debería ser tomado mucho más en serio.Investigadores saben que los cuerpos en forma de manzana son menos saludables que los que asemejan a una pera. En otras palabras, si lleva más peso alrededor de su estómago, antes que en torno de sus caderas y piernas, se encuentra en riesgo de sufrir un ataque cardiaco o diabetes.

“Incluso en personas delgadas podemos evaluar su riesgo de enfermedad”, dice Elissa Epel, investigadora en sicología de la salud.

En un estudio reciente Epel y sus colegas tomaron a dos grupos de mujeres, uno que llevó su peso en su abdomen y otro en sus caderas y piernas, y los sometieron a tareas estresantes.

Tuvieron que hacer rompecabezas difíciles sin el tiempo suficiente, operaciones matemáticas y pronunciar discursos. El grupo con grasa abdominal no hizo tan bien sus tareas y estuvo más alterado. El otro grupo manejó mucho mejor la labor y se relajó conforme avanzaron los días. La conexión es una hormona llamada cortisol.

Cuando estamos presionados nuestro cuerpo se inunda de hormonas, lo que nos prepara para la afamada respuesta “pelea o corre por tu vida”. Ese cúmulo de adrenalina que energiza es una sensación familiar para cualquiera que haya tenido un buen susto. Pero, minutos más tarde, el cortisol entra en acción.

El cortisol activa las células grasas. Esto hace que las personas y los animales coman más, probablemente para reabastecerse luego de la fuga de adrenalina, dice la doctora Epel. En los estudios de Epel las mujeres con adiposidad abdominal, que no manejan bien la presión, también tuvieron niveles más altos de cortisol. “Es realmente importante y saludable tener (cortisol)”, dice la especialista. Pero alguien sujeto a presiones crónicas tendrá cortisol en abundancia crónicamente y “el cortisol, en exceso, provoca daños severos”.

En la vida moderna no tenemos usualmente el lujo de pelear o escapar de las cosas que causan estrés o presión. No se nos permite poner fuera a un jefe que nos irrita y las empresas no pagan si las abandona. Así que el tener cortisol en nuestro sistema nos provoca más apetito, incluso cuando no hayamos gastado energía, una suerte de rellenar el tanque de gasolina aún cuando éste se encuentre lleno al tope?.

Epel y su equipo tomó a otro grupo de mujeres y lo colocó en situaciones de tensión y vieron cómo se modificó su hábito alimenticio.

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