ºººHace 30 años murió John Wayne, el mayor héroe de Hollywoodººº

el actor, que actuó de sheriff, soldado, oficial o vaquero en más de 150 películas, ya estaba enfermo de cáncer cuando actuó la última vez para la cámara. Con casi 70 años, Wayne filmó el western "The Shootist", en el cual interpreta a un tirador gravemente enfermo. Hoy hace 30 años (el 11 de junio de 1979) el intérprete perdió su lucha contra el cáncer. Tenía 72 años. Fue enterrado en el cementerio "Pacific View" en Newport Beach, con vistas al océano Pacífico. Sin embargo, le fue negado un último deseo: Decorar su tumba con el dicho mexicano "era feo, fuerte y tenía honor".

Los últimos años antes de su muerte, el héroe del western y patriota republicano de la liberal Hollywood la pasó en el sur en el conservador condado de Orange County.

Detrás de la cámara decía frases como "valentía es estar muerto de miedo y aún así subirse al caballo" y "soy un patriota decente y pasado de moda que agita la bandera". Como estrella de cine fue indestructible. Duró más que James Cagney y Cary Grant, que se retiraron con sesenta. Sobrevivió a contemporáneos como Errol Flynn, Gary Cooper, Humphrey Bogart y Clark Gable.

Hijo de un farmacéutico, a los cuatro años, en 1911, se mudó junto a su familia de Iowa a la lejana California. En aquel entonces aún se llamaba Marion Robert Morrison. En el rancho de su padre aprendió a cabalgar. Su mejor amigo era un terrier llamado "Duke" (duque), un apodo que le gustaba escuchar.

Primero fue estrella de un equipo de fútbol americano, pero un accidente de natación terminó con su carrera deportiva. Trabajó haciendo de todo en los estudios cinematográficos y luego se puso delante de la cámara. En 1930, el director Raoul Walsh le dio el nombre artístico de John Wayne y el rol protagónico en el western "The Big Trail" (La gran jornada).

Wayne comenzó como estrella de cintas B en westerns de segunda categoría, pero su legendaria amistad con el joven John Ford lo catapultó al éxito. El cineasta lo convocó en 1939 para el western "Stagecoach" (La diligencia), sobre la travesía de un coche de caballos por territorio apache. Hicieron más de 20 películas juntos, entre otros "She Wore A Yellow Ribbon" (La legión invencible, 1949), "Rio Grande" (1950) "The Searchers" (Centauros del desierto, 1956) y "The Man Who Shot Liberty Valance" (El hombre que mató a Liberty Valance, 1962).

Además de western, Wayne filmó en los años 40 también cintas de aventura, como "Seven Sinners", con Marlene Dietrich, y películas bélicas ("Back to Bataan", "The Fighting Seabees", "They Were Expendable"). En "Red River", Howard Hawks lo convierte en un poderoso ganadero enfrentado con su hijo adoptivo (Montgomery Clift). En el legendario western "Rio Bravo" (1959) le dio a Wayne el papel de sheriff de una pequeña ciudad, que defiende contra una banda de criminales.

Wayne mostró su patriotismo en 1960 en el western "El Álamo", que dirigió y produjo él mismo. Sin embargo, la cinta histórica sobre la sangrienta batalla de los tejanos contra el Ejército mexicano fue un fracaso y casi lo deja en la ruina.

Pese a ello, ocho años después este ferviente anticomunista y defensor de la guerra de Vietnam ofreció más material explosivo. En la cinta "The Green Berets" (Los boinas verdes) envía a una unidad especial al conflicto de Vietnam. Los críticos lo acusaron de propaganda y de glorificar la guerra.

En 1970 obtuvo su único Oscar como mejor actor. Logró el premio por el divertido papel de un borracho bizco en la cinta "True Grit" (Valor de ley). En ese momento, el tres veces casado y padre de siete hijos ya tenía cáncer. En 1964 le sacaron parte del pulmón, luego un trozo del estómago.

Este fumador empedernido culpó a las hasta cuatro cajetillas diarias que fumaba. Otros atribuyeron la enfermedad a la filmación de la cinta "The Conqueror" (El conquistador, 1956) en un sector de pruebas nucleares en Utah. Numerosos miembros del equipo de filmación también murieron de cáncer.

Pocos meses después de una compleja cirugía de estómago, Wayne ocupó por última vez el escenario en una premiación de los Oscar en abril de 1979. Antes de anunciar al ganador de la mejor película, Wayne bromeó: "Oscar y yo tenemos algo en común. Oscar apareció en Hollywood por primera vez en 1928, igual que yo. Ambos estamos un poco venidos a menos, pero aún estamos aquí y queremos seguir estando por un buen rato". Dos meses después, el "duque" había muerto.

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