ºººconfesionesºººen tu blog..Satisfacción garantizada...

Hace seis años, cuando recién había llegado a la ciudad, salí en mi hora de comida a una plaza. Entré a una tienda de cómputo y al pagar en la caja me encontré con una sorpresa: ahí estaba un chico que en la universidad me encantaba. Por razones ajenas a mí, jamás se lo dije. Me emocioné mucho y le di un abrazo y un beso por el gusto de haberlo encontrado en mi misma ciudad de residencia. Intercambiamos teléfonos, y la primera vez que nos vimos cayó de sorpresa en mi casa. Platicamos hasta la 1 o 2 de la mañana, pero obviamente las intenciones de los dos eran las mismas. Llegó un momento en que me encontraba recostada en sus piernas y estaba temblando de excitación. Por fin me besó y tuvimos sexo un tanto salvaje, intenso y memorable que hasta el día de hoy recuerdo muy bien. Así mantuvimos algunos encuentros durante algunos meses hasta que yo me casé y él hizo su vida en otra ciudad. La realidad es que si ambos viviéramos en la misma ciudad repetiríamos la historia, porque ese hombre es satisfacción garantizada.

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