Karla G
Mi chico y yo decidimos tener un "rapidín" en un baño público de mujeres de una feria callejera; era un baño espacioso. Cuando nos metimos dentro del baño nos dimos cuenta que la puerta no tenía cierre, entonces nos apoyamos contra ésta para que nadie entrara. El caso es que en lo más y mejor, empezaron a oirse algunas mujeres hablar fuera, y después comenzaron a golpear la puerta y a empujar. Para zafarnos del inconveniente, mi chico dijo algo asi como que estaba ocupado y tenia problemas estomacales. Fue muy gracioso, y al cabo de unos momentos no se escuchaba nadie afuera del baño y pudimos terminar con nuestro "discreto" encuentro sin más inconvenientes. Moraleja: "asegúrate que las puertas siempre tengan cierre".
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