Flojo sin trabajo, pero con la mayor iniciativa empresarial. No lo dejan entrar al antro exclusivo, pero conoce los mejores clubes donde sólo va la gente nice, no conoce al nuevo vecino, pero es amiguísimo de gente importante, no sabe ni siquiera tomar un balón, pero es el mejor jugador de
Tiene novio, pero todavía es soltera y sin compromisos La lista sería interminable, lo que sí es una realidad es que con tal de atrapar a alguien incauto que termina siendo más hábil en el discurso de la mentira que tú, te envuelve en una historia de amor que puede terminar hasta en cibersexo, como lo llaman los especialistas en la materia.
La recompensa: una fantasía y una ilusión que te convierte en un ser asocial físicamente, pero social en un medio cibernético, el paso del tiempo traducido en minutos y luego horas continuas te deja un sentimiento de recompensa egocéntrica, el de ser “interesante, agradable, romántico, inteligente, cariñoso, sensual, carismático, etcétera, etcétera.”
Cuando al fin llega el momento de que alguno de los dos quiera conocerse, envían la foto de otra persona, para aparentar tener ese cuerpo escultural o ese porte ejecutivo a que hacían mención.
Y a la hora del encuentro personal se citan en un lugar desconocido (sólo para alguno de ellos, pues el otro por lo menos ya tendrá muy bien reconocida la puerta de emergencia para huir si fuera necesario) y no faltará la escolta de amigos para “hacer el paro” en caso de alguna emergencia o que resulte un “Jack el Destripador”.
Se citan a una hora determinada, ella promete llevar un vestido sexy color rojo, él de saco y corbata, en últimas ambos llegan en jeans, y observando en todo el lugar quién es él o la susodicha para, si le conviene o le agrada físicamente, encontrarla y si no, sólo quedarse a observar desde una
Posteriormente se disculpará y dirá que se le presentó algún problema de última hora, y que no pudo avisar, se disculpa y promete contactar de nuevo... nunca más vuelves a saber de él o ella.
Sin embargo, hay historias que culminan en forma diferente, se da un romance, ya no virtual sino muy real; se conocen, ya no hay cibersexo, sino una relación sexual verdadera, y en últimas deciden si...
El fin de esta historia es predecible, y por esa razón se los dejo así, y sólo les recuerdo que pueden enviar sus preguntas y
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