Elizabeth Taylor, que murió el pasado 23 de marzo a los 79 años, dejó una herencia estimada en casi US$600 millones (en 1994), para varias instituciones de caridad.
Según el diario New York Post, en 2002 Liz tenía alrededor de US$150 millones en joyas. Ahora las piezas serán subastadas y el dinero donado en beneficio de diferentes organizaciones.
La mayor parte de la fortuna será donada a instituciones de investigación para la cura del Sida y clínicas especializadas en el tratamiento de portadores del VIH.
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