La creciente presión habría matado al niño en apenas unos minutos más, por lo que con decisión Rob Carson tomó el taladro de un trabajador e hizo un agujero en el cráneo del menor. De este modo, la sangre pudo fluir al exterior.
"Cuando te encuentras en una situación así, haces cosas semejantes", dijo el médico a un periódico. El adolescente se recuperó rápido tras la curiosa intervención y Rob Carson recibió felicitaciones de sus colegas por su oportuna decisión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario